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Ansiedad por separación en niños, cómo ayudar a tu hijo e identificar un posible trastorno

trastorno de la separación en niños

trastorno de la separación en niños

La ansiedad por separación en niños se produce cuando los pequeños sienten miedo a alejarse de sus figuras de apego. Es una fase a la que la mayoría de los padres han tenido que hacer frente, con diferentes niveles de intensidad. No es fácil de manejar, especialmente por el sentimiento de culpa que genera en algunos progenitores. Es importante diferenciar la angustia del niño al separarse del adulto, con el que se siente protegido, de un posible trastorno de ansiedad por separación. ¿Quieres ayudar a tu hijo? Te damos los mejores consejos, de la mano de una experta psicóloga.

¿Qué es la ansiedad por separación en niños?

La ansiedad por separación en niños se produce generalmente a partir de los 8 meses de edad. Es una etapa que se intensifica entre los 12 a 18 meses, para ir desapareciendo hacia los tres años. Coincide con posibles situaciones desencadenantes: la vuelta de la madre al trabajo tras la baja de maternidad, el periodo de adaptación del bebé a la guardería o un cambio de niñera

La ansiedad por separación en niños se presenta cuando los pequeños se separan de sus figuras de apego. Esta angustia por la separación se manifiesta en forma de llanto, rabieta, gritos o protestas intensas. El desencadenante es el miedo del niño a alejarse del adulto con el que se siente protegido y seguro. Es decir, el temor a perder a la figura de apego.

Esta etapa, en el desarrollo del niño, es totalmente natural y transitoria. Sin dramatizar, los padres pueden proporcionar el apoyo adecuado a su hijo. Sin embargo, cuando la ansiedad por separación en niños es recurrente puede representar un problema. Si el nivel de ansiedad es elevado y los períodos de angustia se prolongan en el tiempo, es recomendable acudir a la consulta de un especialista. 

Mientras que el llanto por empezar la guardería o la escuela es completamente normal, hay otra serie de síntomas que sí pueden indicar la aparición de un posible trastorno. El rechazo a la escuela, problemas de sueño o un excesivo estrés a la hora de la separación, pueden afectar seriamente a las rutinas diarias del niño.

Para entender mejor cómo se produce la angustia de la separación, es importante saber qué importancia tienen en los hijos las figuras de apego. Analizamos este concepto de la mano de Amelia Muñoz Ugalde, psicóloga clínica y psicoterapeuta experta en familia.

¿Qué es el apego?

«El apego es un lazo efectivo intenso y duradero, que se genera en el niño con personas significativas de su entorno. Este lazo afectivo es muy importante porque influirá en la personalidad del pequeño en la edad adulta. El objetivo principal de la búsqueda del apego es sentirse protegido y seguro. Es la figura en la que encuentran consuelo ante momentos de temor o tristeza. De esta forma, se favorece la autoestima y la seguridad en el menor, mediante la comunicación emocional y la empatía. Cuando el niño tiene que enfrentarse a la separación de la figura de apego, puede manifestar ansiedad y sensación de abandono ante la pérdida». 

Tipos de apego en el niño

«Existen tres tipos de apego, según el grado de seguridad que muestran los niños con su madre. Es importante diferenciarlos para después entender qué es un apego correcto. La seguridad es valorada a través de:

Los tres tipos de apego son:

¿Cómo es el desarrollo del apego en el niño?

«El desarrollo del apego en el niño consta de cuatro fases:

¿Qué significa tener un apego correcto?

«Cuando los niños y niñas se sienten seguros, su relación con los demás es mucho más cercana. Son capaces de entender mejor cuáles son los peligros e intentan afrontarlos. Procuran entender qué emociones sienten y por qué las sienten. En cambio, cuando el apego no es seguro, tienen muchas más dificultades para relacionarse con los demás. Pueden hacerlo con miedo, pensando que pueden sufrir algún daño o sentir cierto recelo.

Por otro lado, el apego de tipo evitativo, del que hemos hablado anteriormente, genera una enorme inseguridad. Son niños que se sienten autosuficientes y que no tienen necesidad de relacionarse con los demás».

¿Cómo afecta al apego la cantidad de tiempo que pasamos con los hijos?

«Es mucho más importante la calidad que la cantidad de tiempo que pasamos con los hijos. Para crear un apego seguro y correcto hay que ofrecerles: cariño, comprensión, ayuda a regular sus emociones y acompañarles en el proceso de sociabilización. En el caso de que tuviéramos que buscar cuidadora, es importante elegir a una persona que sea afectuosa y cercana. No sólo es necesario indicarle cuáles son las funciones de una niñera, sino también cómo dar afecto al bebé.

Por ejemplo, si el niño tiene dificultades para dormir, es importante que le acompañe. Indicaciones específicas como el tipo de juegos que le gustan a los niños, los cuentos que prefiere o cuál es su juguete favorito pueden hacer que el pequeño se sienta mejor. Todo ello repercutirá en la aparición de un apego seguro».


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¿Cómo afecta el apego en la edad adulta?

«Muchos de los problemas que tratamos en consulta, como la ansiedad o depresión, están relacionados con el apego en la etapa infantil. Un apego seguro en la infancia tiene como consecuencia una mayor seguridad y autoestima en el niño. Cuando el apego no ha sido el adecuado, las personas se sienten inseguras, tienen dificultades para saber expresar los afectos y se pueden sentir incluso incómodas ante situaciones de intimidad con otras personas». 

¿Cómo se manifiesta la ansiedad por separación en niños?

«La separación de la figura de apego provoca el miedo al abandono, que es el primer gran temor que un niño pequeño puede experimentar. El pequeño puede manifestar ansiedad ante el regreso de la madre o la figura de apego de diferentes maneras».

El bebé llora cuando la madre se va

«Algunos niños ritualizan los gritos desesperados y los llantos cuando la madre menciona irse al trabajo. Todas estas actitudes se producen de forma repetitiva. Una madre que se despide varias veces, y que muestra una actitud triste durante la separación, no beneficia en nada a su hijo». 

El niño no quiere estar con la niñera 

«Otros niños se niegan a mantener cualquier contacto con la niñera. Pueden también rechazar realizar actividades con ella o intentar escapar de los espacios permitidos. Pueden salir corriendo, siendo perseguidos por la cuidadora o incluso agredirla». 

Cuando el niño experimenta una regresión en su desarrollo

«Pueden surgir en el niño actitudes regresivas. Por ejemplo, algunos niños que ya han superado la edad para dejar el pañal, comienzan a orinarse. Otros padres que ya han conseguido quitar el chupete a su hijo ven cómo quieren volver a usarlo, o no quieren dormir, tienen muchos caprichos o no quieren comer … Todas estas actitudes se pueden dar de forma conjunta o separadamente. 

Cuando todos estos comportamientos se manifiestan de forma transitoria y leve, no debemos preocuparnos. De hecho, podemos interpretarlos simplemente como una dificultad temporal para adaptarse a la nueva situación. Sin embargo, las figuras adultas que cuidan del niño deben vigilar este tipo de comportamientos y darles la importancia que se merecen. Es necesario encontrar estrategias para facilitar una evolución positiva», explica Amelia Muñoz.

Entonces, ¿qué hacer? «Lo primero que se debe hacer es poner en práctica una actitud de escucha activa del niño».

¿Qué es la escucha activa?

«Los padres que permiten que su hijo adquiera autonomía asumen un papel fundamental en el proceso de separación y adaptación positiva a las nuevas situaciones. Lo importante es que puedan transmitir protección, a la vez que confianza en la propia capacidad del niño. Deben tranquilizarle y ayudarle a contener las emociones negativas que surgirán inevitablemente en este delicado momento evolutivo.

El adulto debe escuchar las necesidades y expresiones de incomodidad del niño, evitando proyectar sobre él su estado emocional y sus propias expectativas. En el momento real de la separación, será fundamental hablarle al niño con tono calmado y con términos simples y claros, para que entienda la situación a la que se enfrenta.

Los ingredientes esenciales son una estimulación positiva. La tarea de todo educador (padre, niñera, maestra) no es preparar el camino, sino acompañar al niño en ese camino de crecimiento. Ayudándole a manejar sus miedos poco a poco.

De esta manera, la ansiedad por separación en niños será superada gradualmente. Se trata de ayudar a los pequeños a dar un paso más hacia su propia autonomía y seguridad. Un último consejo: hay que hablar de esta fase a las personas que cuidan del niño: abuelos o niñera. Una estrategia compartida entre todas las figuras cuidadoras le ayudará a superar la ansiedad y el miedo más rápido».

Consejos prácticos para padres frente a la ansiedad por separación en niños

Hay varias estrategias que los padres pueden poner en marcha para ayudar a sus hijos frente a la ansiedad por la separación. Los progenitores juegan un papel muy importante en la independencia del niño. Pon en práctica estos consejos para ayudar a tu hijo a adquirir autonomía y seguridad en sí mismo:

¿Cómo diferenciar la ansiedad por separación de un posible trastorno de ansiedad?

El término «ansiedad por la separación» se suele utilizar en la etapa infantil para definir el desasosiego que siente el niño al separarse de la figura de apego. Se trata de una etapa en el desarrollo del niño totalmente normal y muy común. Hay formas de ayudar al niño a ir reduciendo esos niveles de ansiedad y acostumbrarle a pequeños periodos de separación, cada vez más largos. 

Sin embargo, cuando esta ansiedad por la separación en niños se prolonga en el tiempo y se repite de forma recurrente, puede convertirse en un trastorno. Especialmente cuando afecta, de forma patente, a la vida del niño. Según el Manual Diagnóstico de Trastornos Mentales, el trastorno de ansiedad por separación es el más común de los trastornos de tipo ansioso en niños menores de 12 años. 

El trastorno de ansiedad por separación en niños se define como el miedo o ansiedad excesivos a la separación del hogar o de las figuras de apego. En estos caso, el nivel de angustia del niño es muy superior a lo que se corresponde con su nivel de desarrollo. 

¿Cuándo se diagnostica un trastorno de ansiedad por separación en niños?

El trastorno por ansiedad por separación en niños se diagnostica como un problema psicológico. Sólo un especialista podrá valorar la aparición de un posible trastorno. Se produce cuando el pequeño presenta una ansiedad o miedo excesivos y recurrentes ante la separación de las figuras de apego. Influye también en su diagnóstico la etapa de desarrollo en la que se encuentre el niño, así como las posibles situaciones en las que se presente la sintomatología. 

Para diagnosticar la aparición de un posible trastorno por ansiedad de separación en niños se tiene en cuenta:

¿Cuáles son los síntomas del trastorno de ansiedad por separación?

¿Cómo saber si nuestro hijo presenta síntomas asociados con un posible trastorno? ¿Cuándo valorar la posible intervención de un psicólogo infantil? Si se presentan estos síntomas por un periodo superior a un mes, de forma continua, es recomendable buscar la ayuda de un especialista:

Los niños que sufren un trastorno de ansiedad por separación tienden a:

Cuando estos síntomas alteran el funcionamiento diario del niño, es importante darles la importancia que merecen. Consultar a un profesional a tiempo puede evitar problemas mayores en un futuro. 

¿Cómo tratar el trastorno de ansiedad por separación en niños?

En la mayoría de las ocasiones, el trastorno de ansiedad por separación, viene determinado por la falta de seguridad y autonomía del niño. Cuando el pequeño tiene seguridad en sí mismo, es más fácil que se enfrente a situaciones de distanciamiento de las figuras de apego. Es fundamental que el niño tenga confianza en sí mismo y en su capacidad para superar esas dificultades. Sólo los adultos pueden transmitirle esa confianza, por eso se deben implicar de lleno en el proceso de ayuda al niño. 

¿Cómo tratar el trastorno de ansiedad por separación de la mano de un especialista?

Tipos de terapia frente al trastorno de ansiedad por separación en niños

Encontrar un psicoterapeuta infantil especializado es el primer paso para ayudar a tu hijo. Hay diferentes tipos de psicoterapia que pueden ser efectivos a la hora de tratar el trastorno de ansiedad por separación en niños. 

Por otro lado, es necesario enseñar al niño a saber relajarse para gestionar el trastorno de ansiedad por separación. Saber respirar, relajar progresivamente los músculos, puede ayudar a los niños a combatir periodos de ansiedad. 

Si los síntomas del trastorno de ansiedad por separación en niños continúan durante el tratamiento, puede ser necesaria la ayuda de medicación. Si el pequeño sigue teniendo dificultades para ir al colegio o incluso salir de casa, la ayuda de fármacos puede ser necesaria. Sólo un psiquiatra infantil puede recetar dicha medicación, ya que puede conllevar toda una serie de efectos secundarios.

¿Cómo diferenciar el trastorno de ansiedad por separación de otros posibles trastornos?

No hay que confundir el trastorno de ansiedad por separación en niños con otros posibles trastornos. Como hemos explicado anteriormente, el diagnóstico siempre debe realizarse por parte de un especialista. Es necesaria una valoración completa del menor junto con una evaluación de la dinámica familiar. Por lo tanto, es esencial que los padres y cuidadores estén implicados en todo este proceso.

Muchas veces, el trastorno de ansiedad por separación en niños puede ser confundido con otro tipo de trastornos cuyos síntomas pueden ser parecidos:

Como conclusión es importante insistir en que el trastorno por ansiedad de la separación es un trastorno psicológico como tal. Nunca debe ser confundido con la ansiedad por separación propia de una etapa de desarrollo del niño. El miedo a distanciarse de la figura de apego es totalmente normal. Sólo cuando los niveles de ansiedad son muy intensos, alteran las rutinas cotidianas del niño y se prolongan en el tiempo, se puede pensar en la aparición de un posible trastorno.

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